lunes, 4 de abril de 2011

La manzana de la fidelidad

Me la volviste a hacer, Jobs. Siendo como soy, una persona consciente de que la tecnología avanza mucho más rápido que la ignorancia, decidí comprarme hace apenas cinco meses un iPad, a pesar de que ya se rumoraba que tramabas rediseñarla, usándonos a los primeros incautos como conejillos de indias, dándonos en esta primera versión sólo una probadita de tu invento para dejarnos picados, para hacernos adictos a tu artilugio post-moderno, como es tu perversa costumbre, aprovechando nuestras quejas y sugerencias, tomando nota de ellas, para luego verterlas en la siguiente entrega de la serie. Aún sabiendo todo esto y conociendo tus canalladas, Steve Jobs, me arriesgué y me embarqué en la temeraria compra de un iPad a ¡18 meses! La verdad es que no podía esperar más, no resistiría ver a los demás sacando sus artefactos en el Starbucks y yo, como el chinito, milando y copelando. Sabía que la amenaza de un segundo modelo del bicho éste estaba latente, pero tenía la esperanza de que esto tardara por lo menos un añito más. Sin embargo, a pesar de mis súplicas al creador, hincándome y con brasas en las palmas de mis sufrientes manos mirando al cielo, en marzo anunciaste que ya había un iPad 2. Bonita fregadera. Y ahora ¿quién podrá defenderme? Mi tarjeta de crédito se reirá de mi a carcajadas hirientes por un año más y yo me revolcaré en el dilema de comprarme el nuevo iPad 2 o esperar a saldar mi deuda. Me la volviste a hacer, Jobs.

Esa es la historia de mi vida y eso me pasa por serte tan fiel. Hace 24 años compré mi primera computadora Apple, ¿te acuerdas Steve? Era una Macintosh Plus con un imponente megabyte de memoria en RAM y sin disco duro. Lo más duro que tenía era el precio. También me vendiste una impresora láser que se llamaba Laser Writer Plus -nombre que suena a algo así como la Nimbus 2000, la escoba voladora de Harry Potter-, que imprimía a 300 megapixelotes, también adquirí todas las aplicaciones disponibles para Mac en ese momento. Desde entonces te he comprado algunas computadoras,  por trabajo y por placer.

Cuando lanzaste uno de tus más inteligentes y transformadores inventos, el iPod, yo fui uno de los primeros en correr por el mío sin saber todavía con certeza para qué me serviría. Eso se llama fidelidad, Jobs. Poco tiempo después pusiste a tu horda de científicos locos de Cupertino a trabajar en nuevas versiones del iPod y así nació el iPod Nano, Shuffle, Video y no sé cuántos más. Lo mismo pasó con el iPhone y toda su descendencia. No acabo de exprimirle el jugo a uno cuando ya lanzas el que sigue.

Y qué decir de toda la música que he bajado de tu tienda iTunes. Te acuso de haberme quitado el hábito de comprar discos compactos, como lo hacía antes del iPod. Y los dueños de las tiendas de discos te acusan de haberles echado a perder el negocio. Creo que hasta Mixup y Sanborns están de capa caída. Caray, pobrecito de Carlos Slim.

He contagiado de tu filosofía tecnorrevolucionaria a más de uno de mis amigos y he sido tolerante con los que no comulgan con tus ideas. Mas si osare un extraño enemigo invitarme al ring a defender al iPhone o el iPad frente a una Blackberry o una tablet Galaxy, entonces sí que aflora el canino que habita en mi y les atizo hasta con las latas de atún.

Te confieso que he sido muy feliz con tus gadgets, tanto que admito padecer un cierto grado de adicción, acotada afortunadamente por mi presupuesto que no es muy de presumir. He conocido en el camino a varios personajes -cuyos nombres omitiré, no por respeto a su identidad sino porque no me acuerdo- que me han referido sufrir de adicción a tus invenciones y los he visto sacar de sus portafolios o de alguna maleta una variedad sorprendente de aparatejos como los ya mencionados además de memorias USB, cargadores de viaje y solares, cámaras web de alta definición, cables, en fin. Un apreciado amigo médico -de cuyo nombre sí me acuerdo- me contó que fue a visitar al psiquiatra porque lo que más le hace sufrir de su adicción, no es no tener dinero con qué comprar más dispositivos, sino que, teniéndolos todos, no haya más gadgets qué comprar. A él le urge que inventes otro, Steve.

Ahora mismo, ¿qué aparatejo crees que estoy empleando para escribirte estas líneas? Adivinaste canallón, estoy frente al iPad que te compré y del cual debo todavía 13 mensualidades facilitas. Y no sólo eso, estoy usando también, no el teclado virtual integrado en el iPad -que por cierto, aquí entre nos, deberías mejorar- sino un teclado inalámbrico que compré, claro, en una de tus tiendas Apple. ¿No crees que alguien como yo merece cortar una flor de tu jardín o, para usar una metáfora más apropiada, darle una mordidita a tu icónica manzana? ¿No te parecería un detallazo de tu parte sorprenderme, por decir algo, este día del padre y enviarme de regalo un iPad 2? Te diría que puedo esperar al día de mi cumpleaños que es en octubre pero ya estoy que se me cuecen las habas.

Esperaré ansioso tu respuesta. Por ahora me despido porque tengo que ir corriendo a pagar mi tarjeta de crédito.

Me debes una, Steve.



Si te gustaron estos comentarios intrascendentes, suscríbete (en el margen derecho, hay varias formas de hacerlo) para avisarte cuando publique otro.

13 comentarios:

  1. JuanMi, Me pasó lo mismito que a ti!!! Y ahora seguiré suspirando y añorando desde lejos, cuando vea una Ipad 2. Como chinita, milando y copelando! Espero ser más cauta la próxima vez que caiga en la seducción del gran Esteban Trabajos, porque debo confersar que es un hecho que caeré, solo es cuestión de tiempo... Besos Chilangos

    ResponderEliminar
  2. Steve Jobs, tambien conocido entre los cuates como Steve..."el chambitas", es un *7%x"¡çW·•±±¸por hacer eso con... claro nuestra fidelidad apegada, que por cierto, ahora que me acuerdo Tu... Tú me la "¡pegastes!".

    ResponderEliminar
  3. Conchita Rodríguez Llamas4 de abril de 2011, 22:27

    Quisiera poder decir algo parecido a lo que te escriben Juan Miguel o a lo que tú describes con bastante elocuencia (hasta te imaginé corriendo a la tienda a comprar toda esa serie de aparatejos) pero no. Desde hace dos años tengo la misma laptop, incluso el mismo celular; no me agrada mucho todo este rollo de estar pegada a la tecnología, neta que qué hueva, el tiempo que paso en el trabajo es suficiente, pero además, y en honor a la verdad, no tengo el dinero de sobra para estas inversiones y mi tarjeta de crédito está gorda,bien gorda, pero de deudas. No obstante, me encanta que escribas estas cosas, con ese peculiar y muy tuyo estilo amigo. Saludos y abrazos.

    ResponderEliminar
  4. IRREVOCABLEMENTE COMO TU JUAN, HABEMOS MUCHOS QUE NOS DEJAMOS ENVOLVER EN LAS REDES(Y NO ME REFIERO A LAS SOCIALES, QUE TAMBIEN ESAS NOS ENVUELVEN, JIJIJI) DE LOS APARATEJOS TECNOLOGICOS NOVEDOSOS Y AUNQUE YO TODAVIA NO TENGO UNO ASI, AL IGUAL QUE EN TU OLLA EXPRESS, SE ME CUECEN LAS HABAS, JAJAJA, T FELICITO POR TU COLUMNA EN ESTE BLOG, UN FUERTE ABRAZO, ALIS ; )

    ResponderEliminar
  5. Leo tu blog en mi iPhone y nuevamente comparto esta experiencia tuya con el iPad de forma similar
    Yo voy en el cuarto mes de los 18, y aunque siempre fui pecero (PC's) no pude escaparme en ser seducido por Apple ( prefiero decirlo asi en vez de mencionar a mr. Jobs acaso para sentirlo menos personal ) en esto de los gadgets y la tecnología 
    Quizá estas reflexiones nos hacen ver mas claro que la seducción es mas bien un enredo en un ciclo consumista del cual formamos parte en la medida de no sentirnos fuera de onda y por supuesto de nuestra economía personal y hasta familar
    Esto lo digo porque mi esposa tomo por asalto el uso adictivo del iPad y ahora nos turnamos en horarios 
    Quizá el mejor argumento para tener el 2
    Cada quien el suyo
    Ya se lo pediré prestado para usar la camarita

    ResponderEliminar
  6. ¿Qué esperabas?¿Acaso la manzana es y ha sido símbolo de tentación? !Eres un Adán en el paraíso de Jobs!

    ResponderEliminar
  7. Jajajajajajaja... ¡Hombres! Son tan fáciles de convencer y supongo que por estar pegado a tus aparatitos, ni hambre te da... Menos mal, porque no creo que te quede para comprar comida ¿O sí?... Besitos

    Irma León

    ResponderEliminar
  8. Mi estimado Juan Miguel, excelentes letras, estoy de acuerdo en todo lo que mencionas, para mi creo que las locuras de Mr. Steves, son hasta motivación en mi chamba, estimula el ahorro por que espero con ansia el siguiente jugetito, mi psiquiatra me indico una i pill para mi cura Jeje, uno de mis deseos en la noche de año nuevo fue por la salud de Steve, para que cuidara si higadito, y nos dure muchos años mas, e invente una i printer, por que sufro con la mis impresora un poco.
    See you mi querido amigo, espero tu siguientes letras

    ResponderEliminar
  9. Muy Bien !!! Comparto tus comentarios y creo que si de estos hicieras una canción seria un éxito garantizado!!

    Saludos

    Cesar Cosio

    ResponderEliminar
  10. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

    ResponderEliminar
  11. y desde su tumba se sigue mofando no tarda en sacar otra aplicacion para la aplicacion

    ResponderEliminar
  12. Jajaja buenazo, yo se lo que es ser fiel y seguir así... fiel, jeje, sin poder cortar una flor del jardín del amado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues ese amado te anda debiendo una 😄. Saludos Karlita!

      Eliminar

Un comentario siempre se agradece:

Si aún no lo has hecho y no tienes inconveniente, suscríbete al blog. Mil gracias.